Genore Guillory, asesinada por sus vecinos

Una vida de buenas obras


"Genore Guillory, asesinada por sus vecinos"
Genore Guillory fue brutalmente asesinada
en su casa en Clinton, Louisiana. 

Crédito de la foto: foto de familia
Genore Guillory vivía sola en su bungalow en Clinton, Louisiana, manteniendo varios acres de tierra y cuidando a sus caballos y perros. El trabajo en su rancho se había vuelto abrumador ya que Guillory también estaba trabajando a tiempo completo en una compañía de seguros llamada BlueCross y BlueShield. Allí fue cuando se dió cuenta que necesitaba ayuda.

Era una mujer de buen corazón, que no podía resistir a los vagabundos y necesitados. Ya fuesen personas o animales.

En esa zona se hizo amiga de la familia Skipper, que vivía en una casa rodante cruzando la calle. Era una familia de escasos recursos, y la señorita Genore, como la llamaban a menudo, los ayudaba con dinero y víveres.

A cambio, los Skippers, Amy y Phillip y su huésped, John Baillio, de 15 años, hacían trabajos en su casa o alimentaban a los animales cada vez que Genore estaba ausente.

Fue durante ese tiempo que Guillory desarrolló una relación con la pareja. Si necesitaban dinero extra para comida o pañales, ella no dudaría en echar una mano y eso incluía darles un vehículo.

Muy apreciada en su círculo de amistades

Pero Genore, de 42 años, que vivía sola, no estaba a dedicación exclusiva para sus animales. Era atractiva y divertida, con muchos amigos en su trabajo, además de una activa vida social entre amistades y algunos romances que lamentablemente no llegaron a concretarse.


Sus compañeros de trabajo se preocupan...


Cuando ella no apareció el lunes, sus compañeros de trabajo llamaron a la policía. Un agente llegó a la casa de Genore y encontró la puerta lateral entreabierta y uno de sus perros atado.
"En una casa similar a ésta habitaba Genore Guillory"
Casa tipo bungalow, típica de la zona de Clinton, Louisiana.
En una casa similar a ésta habitaba Genore Guillory.

Una escena espantosa esperaba a la policía en el dormitorio ...

Genore estaba tendido en el suelo, cubierta de sangre. Había sido golpeada con un objeto pesado, apuñalada y presentaba impactos de bala. La sangre salpicaba las paredes y había agujeros de bala en las ventanas.

Para evitarle a su padre y hermano la sombría tarea de identificar su cuerpo, su cuñado, Elbert, se ofreció como voluntario. Y tuvo que mirar fijamente su rostro destrozado para asegurarse de que era ella.

La policía creía que Genore conocía a su asesino, porque no había signos de entrada forzada. Primero, hablaron con Amy y Phillip al otro lado de la carretera. Los únicos vecinos más cercanos que tenía, pero según dijeron, no habían escuchado nada.

La policía fijó su atención en el persistente pretendiente de Genore, Steve Williams, oficial de policía, con quien Genore había salido pero, cuando descubrió que estaba casado y tenía un hijo, lo dejó. 

Los investigadores registraron su casa y su automóvil, pero no encontraron armas ni gotas de sangre de Genore para vincularlo con su asesinato, por lo que tuvieron que dejarlo ir.

Un año después 

Pero, un año después del asesinato, la policía se enteró de que un amigo de Phillip Skipper, llamado Donny Fisher, tenía información. Donny no habló al principio, pero el Det. Don Mckey le mostró fotos del cuerpo maltratado de Genore.

"Esta mujer no merecía esto", dijo. Donny asintió en silencio.

Les dijo que John y Phillip, la hermana de Phillip, Lisa, de 39 años, y su esposo, Johnny Hoyt, de 40, habían llevado a cabo el asesinato. Describió cómo uno detuvo al perro de Genore mientras que otro la atacó con un bate de béisbol y le arrancó los dientes. Luego la 'cortaron, le dispararon ...' dijo Donny.

Los cuatro no admitieron nada ... hasta que el adolescente John Baillio se rompió. Había sido una iniciación para él en The Brotherhood, un grupo supremacista blanco.

"Las cuatro personas condenadas por asesinar  a Genore Guillory"
Phillip Skipper (L) Johnny Hoyt (Centro) y su esposa, Lisa, (R) 
fueron tres de las cuatro personas condenadas por asesinar 
a Genore Guillory. Crédito de la foto: 
Departamento de Correcciones de Louisiana
Durante una serie de juicios en 2004 y 2005, Phillip y John fueron condenados por asesinato, al igual que Johnny. Phillip y Johnny fueron condenados a cadena perpetua pero, como John Baillio era un menor, podría ser liberado cuando cumpliera 21 años. Mientras tanto, Lisa recibió 25 años por homicidio involuntario.

La decisión que precipitó su muerte

Guillory optó por hacer algunos cambios en su póliza de seguro de vida de $ 25,000. Su novio fue inicialmente el beneficiario, pero ella lo cambió a Phillip y Amy Skipper. Quería asegurarse de que los Skipper atendieran su tierra y sus animales si algo le sucedía. Sin embargo, el mal comportamiento de Amy a partir de entonces pudo haberla hecho dudar de su decisión.

El desacuerdo entre vecinos que desató el final

El 23 de junio de 2000, Amy usó el teléfono de la casa de Guillory para llamarla a su trabajo.Estaba enojada y comenzó a gritarle a Guillory porque su perro había matado a su cabra. Aparentemente, se suponía que Guillory debía vigilar a su perro, que estaba en una perrera, pero de alguna manera salió.

Guillory se sorprendió de que Amy le hubiera hablado de esa manera, ya que había llegado a confiar en ella. Entonces le dijo a Amy que ya no eran bienvenidos y que saliera de su casa y dejara las llaves.

Su compañero de trabajo escuchó la conversación y le sugirió a Guillory que cambiara las cerraduras para asegurarse de que Amy no volviera a entrar en su casa, pero nunca se le ocurrió que la vida de Guillory estaría en peligro.

Dos días después Guillory estaría muerta.

Cuando Amy discutió con Guillory, la policía creyó que la pareja temía que ella los eliminaría de su póliza de seguro de vida, por lo que Phillip y su grupo la mataron.
Parecía que la familia Skipper había fingido que les agradaba Genore mientras ella les daba dinero, alimentos y otros recursos, aunque en secreto la odiaban por ser negra.

P.D. Se debe ayudar al que necesita siempre que esté en nuestras manos, pero es bueno no olvidar nunca, que el agradecimiento no está en el corazón de todas las personas.